viernes, 13 de agosto de 2010

Manifiesto del señor Antipirina / Tristan Tzara


DADÁ es nuestra intensidad: que erige las bayonetas sin consecuencia
la cabeza sumatral del bebé alemán; DADÁ es la vida sin pantuflas
ni paralelos; que está en contra y a favor de la unidad y decididamente
contra el futuro; sabemos sensatamente que nuestros cerebros se convertirán
en cojines blanduzcos, que nuestro antidogmatismo es tan exclusivista como el
funcionario y que no somos libres y gritamos libertad; necesidad severa sin
disciplina ni moral y escupamos sobre la humanidad.

DADA permanece dentro del marco de las debilidades europeas,
es una cochinada como todas, pero de ahora en adelante
queremos zurrarnos en diversos colorespara ornar el jardín zoológico
del arte de todas las banderas de los consulados.

Nosotros somos directores de circo y chiflamos por entre los vientos de las
ferias, por entre los conventos , prostituciones, teatros, realidades, sentimientos,
restaurantes, uy, jojo, bang, bang.

Nosotros declaramos que el coche es un sentimiento que nos ha unido más
de lo suficiente en las lentitudes de sus abstracciones, como los trasatlánticos,
los ruidos y las ideas. Sin embargo, nosotros exteriorizamos la facilidad,
buscamosla esencia central y nos sentimos contentos si podemos ocultarla;
no queremoscontar las ventanas de la élite maravillosa, pues DADÁ no existe
para nadie y queremos que todo el mundo entienda eso. Es ahí, os lo aseguro,
donde está el balcón de Dadá. Desde donde uno puede oír marchas militares y
descender cortando el aire como un serafín en un baño popular, para mear y
comprender la parábola.

DADA no es locura ni sabiduría, ni irónica, mírame, gentil burgués.

El arte era un juego color de avellana, los niños armaban las palabras que
tienen repique al final, luego lloraban y gritaban la estrofa, y le ponían
las botitas de las muñecas, y la estrofa se volvió reina para morir un poco
y la reina se convirtió en ballena y los niños corrían y se quedaron sin cena.

Y luego vinieron los grandes embajadorea del sentimiento, quienes exclamaron
históricamente a coro:


Psicología Psicología jiji
Ciencia Ciencia Ciencia
Viva Francia
No somos naïf
Somos sucesivos
Somos exclusivos
No somos simples
Y sabemos bien discutir de la inteligencia.

Pero nosotros, DADA, no compartimos su opinión, pues el arte no es
cosa seria, os lo aseguro, y si mostramos el crimen para doctamente decir
ventilador, es para halagarles, queridos oyentes, os amo tanto, os lo
aseguro y os adoro.

(Traducción de Huberto Haltter, mexicano, heterosexual, encarnación de la desencarnación, síntoma de los tiempos, y esquizofrénico-paranoico de la mejor cepa.)

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